En estos momentos difíciles queremos manifestar nuestra solidaridad con todos los afectados por la actual crisis sanitaria y nuestro ánimo de contribuir, como industria esencial, de la mejor forma posible a la reconstrucción social y económica del país.

Desde Oficemen, abogamos por el mantenimiento de las obras en la medida que la actual situación de Estado de Alarma lo permita, reforzando siempre las inspecciones relativas al cumplimiento de las medidas sanitarias que garanticen la completa seguridad de los trabajadores. Es de suma importancia que las obras, incluidas las de infraestructuras, mantengan su actividad si queremos que nuestro país esté preparado para la salida de esta crisis. Hay obras operativas, al igual que las hay en otros países de nuestro entorno, y, por tanto, la producción de cemento, aunque se está debilitando, aún prosigue.

También consideramos imprescindible que se produzca de la manera más rápida posible el flujo del crédito a las empresas. Con el sector servicios paralizado, la construcción se convierte ahora en un pilar imprescindible para que la economía española no se paralice. Lamentablemente, hoy por hoy, y si fuera necesario hacer uso del artículo 34 del Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del COVID-19; solo el contratista principal queda protegido a la hora de parar sus procesos. Desde nuestro sector insistimos al Gobierno en la importancia de que toda la cadena de valor de los materiales de construcción, en la que se incluye la industria cementera, quede también protegida.

Evidentemente, la seguridad y salud de los trabajadores es una prioridad. Somos una industria acostumbrada a la gestión de riesgos y tenemos capacidad profesional y técnica suficiente para prevenirlos y evitarlos, por lo que se han activado todos los protocolos que garantizan las condiciones de trabajo más seguras.

Nuestra industria, que juega un papel clave en la gestión sostenible de los residuos en tiempos de normalidad, también es, si cabe, más importante en la gestión de las crisis sanitarias (recordemos los casos de las harinas animales del año 2000 o la reciente destrucción en una fábrica de cemento de la carne contaminada con listeriosis). Así, según Orden ministerial del 19 de marzo del Ministerio de Sanidad, las fábricas de cemento pueden ser requeridas por las Administraciones públicas para valorizar los residuos ocasionados por la crisis del COVID19. Somos una industria de largo plazo, con vocación de servicio a la sociedad y esto es reconocido por la propia ministra de Industria, Reyes Maroto,  que cerró su rueda de prensa del pasado día 24 de marzo poniendo a nuestro sector como ejemplo de “la industria que nuestro país necesita”, en alusión precisamente a este punto referido a la valorización de los residuos de COVID-19 en nuestras instalaciones.

Cerramos este editorial trasladando un mensaje de ánimo desde el equipo de Oficemen a toda la cadena de valor que compone nuestro sector, confiando en que pronto salgamos de esta crisis, seguros de que la recuperación del país pasa por nuestra industria,  la industria que nuestro país necesita.

Aniceto Zaragoza, Director General de Oficemen